Tu experiencia en La Corbera…

Abrimos esta página para que nos contéis vuestra experiencia en La Corbera. Tanto si os habéis alojado en nuestras casas rurales, como si habéis montado a caballo o realizado actividades terapéuticas… o ya sea , si habéis venido a cualquier evento, o habéis trabajado con nosotros; abrimos esta página para que opinéis sobre nosotros, para que nos digáis qué opinión tenéis de nuestros servicios, instalaciones, personal, etc…

 

 

5 respuestas a Tu experiencia en La Corbera…

  1. Fco. Javier Yoldi Lopez dijo:

    Tengo q agradecer a los propietarios, personal, profesor, compañeros, padres de compañeros, las instalaciones y, por supuesto, a cada uno de los caballos q monte y me hicieron pasar muy buenos momentos, unos de los mejores años de mi vida.

    No fue, simplemente, dar clases de hipica.., sino mas bien el despertar de una inquietud que hacia tiempo tenia por el mundo de Los Caballos.., no pudo ocurrir en mejor sitio que en «La Corbera».

    Despues de pasar por varios centros hipicos…, ninguno ni por asomo tiene las caracteristicas de la Corbera…, instalaciones, campo, los caballos, personal… Si algun dia tengo un Caballo no podria ser otro sitio q no fuera alli…

    Gracias, a los que hicieron todo esto posible!!!

    Un Abrazo, a todos!

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  2. Elena dijo:

    Hace nueve años, mientras estaba realizando los estudios de fisioterapia, me encontraba en un supermercado y una niña tímidamente se acercó a mí y me dió la mano, no habló conmigo, pero me acompañó hasta su madre y enseguida supe que era una niña especial, especial para mí y gracias a ella, se despertó en mí un sentimiento que aún soy incapaz de describir. Desde aquel momento supe que quería encauzar mi profesión a un mundo que me parece maravilloso y está lleno de magia, ese mundo en el que con una mirada, un gesto, una sonrisa, te llenan y les llenas de vida.
    Y tan solo fue hace cuatro años cuando comencé esta maravillosa experiencia, rodeada de naturaleza y esos grandes y maravillosos e incondicionales amigos, los caballos, de la mano de esos grandes pequeños que a mí un día me hicieron sentir especial y por el cual lucho porque muestren su capacidad. La Corbera me ha brindado esta maravillosa experiencia, el centro hípico, los caballos, el personal y la calma que se respira, son los ingredientes que hacen que diga con orgullo que tengo el trabajo de mi vida.
    Gracias a todos.

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  3. Peña dijo:

    De mano de una gran amiga y mejor persona conocí La Corbera. Ella estaba haciendo prácticas allí de la universidad y casi todos los días me comentaba sus vivencias allí y lo mucho que me gustaría aquel lugar.
    A principios de noviembre del pasado año asistí al curso más especial y gratificante que hasta día de hoy he hecho, Ayudante en IAC. Mi experiencia allí fue maravillosa, el entorno, los componentes de todo el equipo profesional de La Corbera, los compañeros del mismo curso, los chicos, los caballos… Fue todo un placer poder conocer de mano de todos ellos el maravilloso mundo de las terapias ecuestres; y el lugar, las instalaciones y todo lo que rodea a la Corbera inmejorable, naturaleza en estado puro. Guardo muy bonitos y tiernos recuerdos de todo lo vivido durante el curso.
    Gracias a todos los que hicisteis posible acercarme al mundo del caballo desde otro punto de vista, aprendí muchísimo de todos, tanto profesores como alumnos lo que dio lugar a que también me conociera un poquito más a mi misma.
    Un abrazo a todos.

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  4. Rocío dijo:

    Hace ya dos años descubrí este rinconcito el cual me dio tanto.
    Empezaré contando mi historia. Soy hermana de un chico con parálisis cerebral, estudie por vocación Educación Especial y además cuando más pequeña estuve apuntada a clases de equitación. una vez dicho esto…
    Quien me iba a decir a mí que aquí encontraría la combinación perfecta.
    Terminé mis estudios en el 2012 y me quedé sin poder estudiar nada más y por casualidad di con La Corbera.
    Llegue un jueves lluvioso y me recibió el equipo con el que después compartiría tantos momentos. Me ofrecieron empezar como voluntaria. Y me abrieron la gran familia que son, compuestas tanto por el equipo como por los peques. Tuve la suerte de estar trabajando dos años y tenerlo que dejar por cambio de residencia aunque una parte de mí sigue allí.
    Me he llevado momentos únicos, que verdaderamente hay q vivirlos para sentir los cómo todo en esta vida, desde la mano tendida entre compañeras, desde una cena entre risas, el abrazo y beso de un pequeño, el saludo de un caballo, la imagen del arcoiris saliendo después de la tormenta, la sombra entre los árboles, el atardecer a la vuelta de un paseo a caballo,el haber aprendido un montón de conocimientos nuevos que me llevan a poder combinar la educación especial con el mundo de mi animal favorito. Me enseñaron a enseñar que no hay barreras para nadie en nada, que todos podemos conseguir nuestros sueños. El testimonio de muchas familias, de las que pude aprender a ser fuerte y a seguir adelante sin miedos y por encima de todo. Podría seguir hablando de momentos con mis compañeras, con los niños y con los caballos pero este hueco se quedaría corto.
    Sólo decir que gracias, gracias por los años que me habéis dejado vivir a vuestro lado, en este rincón tan mágico, que tanto engancha. Intentaré volveré pronto.

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  5. Selene dijo:

    Para poder contar lo que La Corbera significa para mí he de explicaros lo que me llevó a ella, a este lugar que ha marcado un antes y un después en mi vida. Siempre me ha encantado escuchar a los demás y adoro que me cuenten sus vivencias porque soy de la opinión de que ello nos enriquece personalmente. Unido a esto, cuando tenía 15 años una de las personas más importantes en mi vida por circunstancias que no vienen al caso terminó de motivar lo que marcaría mi camino, siendo consciente desde ese momento de lo que quería ser. Es por ello que en 2007 llegué a Sevilla y 5 años después me licencié en Psicología cumpliendo mi mayor sueño porque desde ese día algo cambiaba y se sentía completa (quien me conoce sabe que mi profesión forma parte de mi ser y va conmigo allá donde esté). Y fue precisamente en el último curso, aquel noviembre de 2011 cuando llegué a este maravilloso entorno. Fui afortunada y pude disfrutar de las prácticas de la carrera en una de las primeras opciones que elegí. El motivo que me llevó a escoger algo como las terapias ecuestres fue primero lo que podía ofrecer a quienes se benefician de ellas, pero también por crecimiento personal, ya que el caballo siempre ha sido uno de los animales que más me ha fascinado pero que más respeto me suponía, así que era el modo ideal de derribar barreras y miedos.
    Aún recuerdo ese estado de nervios, aquel primer miércoles en el que crucé la entrada y me topé con esa preciosa casa, y ese pozo que tanto echo de menos cuando pasan muchos días sin ver. Ese primer paseo por las instalaciones conociendo el espacio en el que comenzaba una nueva etapa que marcaría el inicio de mi bagaje profesional pero sobre todo personal. La primera visita a los lugares en los que los caballos, esos inmejorables y más nobles compañeros de trabajo viven, en la más absoluta libertad, rodeados de naturaleza, de tonos tierra en otoño; verde, blanquecino y amarillo de las hierba y flores de la primavera y amarillentos por esa hierba secándose al sol del verano, esos presiosos animales. La respiración entrecortada al sentirles tan cerca y que poco a poco eso se convertía en sensación de tranquilidad por esa precisa cercanía, su calor que se ha tornado casi en necesario, al igual que ese contacto directo con ellos.
    Y es que son los corazones que aguardan en este lugar lo que verdaderamente lo hacen grande y especial. El enorme corazón de nuestros amigos los caballos, el de esos niños tan especiales y admirables que nunca se irán del mío, sus familias, todos y cada uno de los alumnos que han pasado para aprender con nosotros de nuestra labor, y por supuesto, todos y cada uno de los compañeros de equipo que me han impulsado a querer más y más de todo lo que las Intervenciones Asistidas con Caballos suponen, aprendiendo de su amplia experiencia y entrega.
    Actualmente puedo decir que es lo que me ata a Sevilla. No puedo asegurar dónde me llevarán las circunstancias de la vida, y yo podré irme de aquí, cambiar de lugar pero lo que tengo seguro y claro es que este lugar ya nunca se irá de mí y formará parte de mi todo. Porque en un comienzo significó aprendizaje, en el presente significa crecimiento y motivación y en el futuro siempre significará impulso por buscar hacer lo que me gusta, perseguir sueños y conseguir metas que permitan que sea feliz con lo que soy y con lo que hago, y es que no hay nada más bonito que sentirse plena con el trabajo que haces.
    Eternas gracias a todos los que habéis formado, formáis y formareis parte de todos y cada uno de los momentos vividos en La Corbera. Gracias por permitirme crecer a través de vuestra compañía.

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